“Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo” de Jorge de Cascante

Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo

Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo

de Cascante, Jorge

ISBN

978-84-17552-19-0

Editorial

Blackie Books

Donde comprarlo

“No hay nada que dé más miedo que estar viva, estando viva te puede pasar de todo”, afirma una de las sesenta primeras personas (uno de los sesenta yoes, queremos decir) convocadas a este libro, tan especial desde su misma edición, primorosa, y desde su título, tan descacharrante y a la vez poético como tantísimos rincones de su contenido: “Si quieres aguantar, recuerda: no escribas nada emocionante y no permitas que tu cuerpo se mueva. Mano de santo”. Y esa cita primera es, en el fondo, un buen modo de entender la intención última de esta colección de personajes, variados y diversos pero siempre en encrucijadas más o menos explícitas, a la intemperie, vulnerables, frágiles, y que con mayor o menor consciencia anhelan “pasar de puntillas camino a una vida mejor”.

No se sabe bien quién es Jorge de Cascante (y habría motivos para defender o sospechar que en realidad no existe, que es un seudónimo, un señor tan inventado y huidizo como alguna de sus criaturas), pero sea quien sea demuestra en esta reunión de seres atribulados una sensibilidad extraordinaria, y un talento enorme para conseguir que nos importen sus presentes y sus destinos. Es ésa una sensibilidad que ya sostuvo en su día el justamente exitoso El libro de Gloria Fuertes, y después El gran libro de los perros o, muy recientemente, El libro de Gila. Pero lo importante es que en estos sesenta pequeños cuentos -entre los que hay muchos monólogos, muchas cartas, una fábula con ardillas viajeras, algún microcuento, fragmentos de diarios…- se nos revela un escritor singularísimo, dueño de una tristeza divertida, una belleza rota, una melancolía graciosa. Y aunque en el libro hay también mayor variedad geográfica de lo que parecen indicar los títulos de los bloques (“Nuevos Ministerios”, “Quevedo”, “Islas Filipinas”…), lo cierto es que en estas páginas asistimos de paso a una verdadera reconstrucción literaria de Madrid: “En Madrid no importa que seas hombre, mujer, negro, sudaca, pobre o chino. Da igual la edad que tengas. A esta ciudad nunca llegas tarde”.

Hace tiempo que vengo… tiene también algo de clasificación antropológica o sociológica de diferentes posibilidades humanas en el año 2019. Es como un zoológico de personas, cada una dentro de su jaula, de su cuento, a la que podemos estudiar y contemplar. Y sesenta retratos dan para mucho: hay, literalmente, de todo. E insistimos: incluso los más aparentemente altivos o triunfadoras revelan una inseguridad metafísica de fondo que los hace, sin excepción, sujetos inspiradores de toda la ternura de la Creación (“No hay nada más hermoso que un supermercado, es el lugar perfecto para llorar”). Muchos tienen, digamos, muy poca personalidad ideológica, y repiten tópicos o prejuicios de toda naturaleza, de esos que botan y rebotan por nuestras calles, pero a la hora de expresarlos todos y todas tienen una gracia única, una verdad indiscutible. Y en algunos casos, claro, encontramos a verdaderos sabios, auténticas filósofas, voces que apuntan hallazgos realmente genialoides (“Un enano nunca quiere menos, un enano siempre quiere más”) o que se desquitan con reflexiones de alcance, como la incluida en “Amor del bueno”: “las personas tienen una idea inamovible de las cosas que no han experimentado: un embarazo, tener dinero, no tener dinero, ser negro, ser chino, tener compasión. Si no han pasado por donde tú has pasado, nada de lo que les digas cambiará lo que creen que piensan. El lenguaje es una línea de metro sin paradas y la experiencia una linternita minúscula que sólo te alumbra a ti mismo”.

Amigo Cascante (que hasta tu nombre es sospechoso…), gracias por estos cuentos. La taxonomía para-científica que tu libro verde y rosa nos regala con su prosa rosa y verde es una maravilla, con algo de ‘tempus fugit’ y algo de carnaval, con su épica cotidiana y su lírica profunda, con su desesperación y su alegría. Las libreras y los libreros te saludamos. Has llegado justo a tiempo: “Ensimismarse en el detalle es la mejor afición a la que se puede abandonar el ser humano. La piel de las bestias, el movimiento del agua. Nada existe de verdad si no lo deseas con todas tus ganas”. ¡Empieza la Feria del Libro de Madrid!

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2 thoughts on ““Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo” de Jorge de Cascante

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    “Hace tiempo que vengo al taller, y no sé a qué vengo” Pablo Sorozábal, “Manojo de Rosas”, una de las zarzuelas más conocidas y representadas. Así comienza el primer dúo de Joaquín y Ascensión, mecánico él, florista ella, en la plaza “Delquevenga” de Madrid. Bellísima partitura, de los mejores libretos de Carreño y Ramos de Castro.Le diré que estoy convencida que media España conoce el resto de la pieza.

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    Juana de Casante

    Este libro es muy malo, y no soy la única persona que cree eso, el autor es un narcisista de manual y no era necesario tantos cuentos porque cansan y se hace muy pesado.

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