"El secreto de Joe Gould" de Joseph Mitchell

El secreto de Joe Gould

El secreto de Joe Gould

Mitchell, Joseph

ISBN

978-84-339-7629-1

Editorial

Editorial Anagrama

Donde comprarlo

No es una novedad, pero en la reedición de “El secreto de Joe Gould” está todo el significado de lo que ha sido Anagrama en el panorama narrativo de nuestro país. Joseph Mitchell, periodista y creador de perfiles para revistas como The New Yorker, se inventó (¿o fue real?) a Joseph Ferdinand Gould, personaje quijotesco con el que recorremos los bajos fondos de la bohemia neoyorkina de la primera mitad del siglo XX.

Al comenzar a leer esta breve e inolvidable aventura literaria, tienes la certeza de que todo está perdido de antemano que pase lo que pase con Gould, nada le saldrá bien a este entrañable buscavidas. De una agilidad portentosa, irónica y vital, “El secreto de Joe Gould” es uno de esos libros que llevarse a la cama para dormir con una buena sonrisa.

Pedro González, Librería Hipérbole (Eivissa/Ibiza)

Sinopsis:

Joseph Mitchell en 1989. La foto pertenece a Anne Hall y a The New Yorker

Salman Rushdie, Julian Barnes, Martin Amis y Doris Lessing forman parte de la lujosa y tupida lista de escritores del ámbito anglosajón que en 1996, cuando apareció este libro, alzaron la voz para advertir acerca del acontecimiento que significaba esa publicación. Joseph Mitchell, uno de los grandes maestros del periodismo neoyorquino, había escrito estas crónicas –ambas para la mítica revista The New Yorker, en la sección en que Mitchell se ocupaba de los «perfiles» de los personajes más variados y exóticos de la ciudad– con veintidós años de diferencia: la primera, «El profesor Gaviota», en 1942; la segunda, que da título al volumen, en 1964, siete años después de la muerte de Joe Gould. Pero ¿quién fue ese Joseph Ferdinand Gould, el cándido e inquietante protagonista de estas semblanzas? Hijo de una de las familias más tradicionales de Massachusetts, licenciado en Harvard, en 1916 rompió con todos los lazos y tradiciones de Nueva Inglaterra y se marchó a Nueva York, donde poco después se dio a la mendicidad. Su objetivo declarado era la escritura de una obra, una monumental Historia oral de nuestro tiempo, en la que recogería miles de diálogos, biografías y semblanzas del hormiguero humano de Manhattan. Ezra Pound y E. E. Cummings, entre otros muchos, se interesaron en el proyecto y llegaron a hablar de él en sus revistas; mientras tanto, Gould dormía en la calle o en hoteles de mala muerte, apenas comía, se vestía con los harapos que sus amigos poetas o pintores de Greenwich Village ya no usaban. Y aunque era frecuente verlo borracho e imitando el vuelo de una gaviota, su Historia oral, que nadie había visto aún, gozaba ya de cierto predicamento. A la muerte de Gould, en 1957, sus amigos emprendieron una larga búsqueda de su famoso manuscrito por los rincones del Village que él frecuentaba. El sorprendente resultado de esa expedición, que desvela el «secreto» al que se refiere el título, es lo que nos cuenta Mitchell en su segunda crónica. En las raras ocasiones en que el periodismo se vuelve gran literatura no sólo nos hallamos ante un autor de genio; hace falta además un enorme personaje –«el último bohemio», como llamaban a Gould, rescata el ideal romántico del escritor poseído por su obra, entregado enteramente a ella– y un escenario único, el del hervidero de energía humana que era el Nueva York de los años cuarenta y cincuenta. El secreto de Joe Gould es un libro para disfrutar línea a línea, para no perder detalle y para seguir descifrando su rico significado hasta mucho después de haber concluido la lectura.

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