"Correo literario", de Wisława Szymborska

Correo Literario

Correo Literario

Szymborska, Wislawa

ISBN

978-84-17281-18-2

Editorial

Nórdica Libros

Donde comprarlo

Si las estadísticas lectoras (y nuestra propia experiencia al respecto) no nos engañan, la mayoría de clientes pasarán de largo de este libro al verlo ya no en la sección de poesía sino, todavía peor, en la de teoría literaria, y es una lástima porque están así renunciando al libro más inteligente, divertido y literalmente desternillante del mundo.

No, no exageramos: es un libro con el que soñábamos desde que hace tres años apareció en español la maravillosa Trastos, recuerdos. Una biografía de Wisława Szymborska, de las periodistas polacas Anna Bikont y Joanna Szczęsna. El capítulo 9 de aquel libro se titulaba “Quince años en Żicie Literackie“, y reproducía ya, al tiempo que las glosaba, alguna de las respuestas que, anónimamente, dio Szymborska a los candidatos a escritor que enviaban sus tentativas, más tímidas o más altivas, a esa publicación: “Recordaba también que no se debe sucumbir en exceso a las emociones y que de los sentimientos más nobles podían nacer poemas malos”, “También aconsejaba mirar con lupa las palabras y hacer uso de las grandilocuentes con el comedimiento de un boticario“…

El libro que Nórdica Libros ha puesto ahora en nuestras manos, traducido por Abel Murcia y Katarzyna Mołoniewicz, es una importante selección de los más chispeantes y reveladores veredictosque aquellos originales le  merecieron, con los cuales la poeta levanta, como quien no quiere la cosa, toda una teoría general de la escritura que resulta francamente reconfortante, por lúcida, modesta y alérgica a los intrusos que la literatura ha tenido que sufrir en toda época y todo lugar. Y siendo sus poemas tan buenos como son, lo cierto es que Szymborska tal vez brillaba incluso más en sus ensayos, sus cartas, sus informes de lectura, y esta antología es, en ese sentido, un verdadero banquete, y un libro simplemente necesario para cualquiera que pretenda sentarse a escribir sus cosas o, sobre todo, para cualquiera que se proponga enseñarlas.
Es muy tentador ofrecer aquí una pequeña antología de la antología, pero son tantos los apuntes geniales, tantas las intuiciones exactas, tantos los consejos impagables… que hemos de renunciar, emplazando a todo el mundo a la lectura inmediata del libro, con el mismo espíritu con el que las autoridades sanitarias obligan a vacunarse. Pero adelantaremos que Szymborska defendía para los escritores una combinación de talento innato (algo que juzgaba simplemente necesario) y de trabajo, de perseverancia, de esfuerzo… y también de paciencia, de mesura: tan peligroso como lanzarse a escribir con excesiva precocidad (“El éxito de un debut juvenil depende sobre todo de la frescura de la imaginación y de una forma de mirar el mundo no rutinaria”) es acostumbrarse a la fecundidad, que te guste demasiado lo que tú mismo escribes y pierdas el criterio (la poesía es una fiesta, y ésta, por definición, “no se da todos los días, sino sólo muy de vez en cuando, es el fruto de un estado excepcional, una feliz casualidad. Ni siquiera los poetas con un gran bagaje literario están habituados a escribir poemas. A no se que ya no sean poetas”…). Lo demás, en el libro (y lo demás no es silencio, sino el mayor de los jolgorios).

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