"Encontraste un alma. Poesía completa", de Edith Södergran

Encontraste un alma

Encontraste un alma

Sodergran, Edith

ISBN

978-84-16830-79-4

Editorial

Nórdica Libros

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Recomendar un libro de poesía no es tarea fácil. Cuántas veces se nos pregunta: “¿Se vende ahora más poesía que antes?”. Y la repuesta siempre es rotunda: no, se vende la misma que siempre; poca pero constante. La venta de poesía es como la poesía: un gesto revolucionario. Cuatro gatos hambrientos que ronronean al calor de un atrevimiento de alma.
Qué barbaridad que se publique poesía completa (y en edición bilingüe, traducida desde el sueco por Neila García Salgado). Pero claro, es poesía para los lisiados, para los amputados, para los incompletos. “¿Son esto poemas?” “No, son retales, migajas, trozos de papel del día a día”.
Ahora vamos a clases de positivismo, algo tan simplón como decir que un acorde mayor es alegre y que un acorde menor es triste. No, la poesía es el color, es la afinación, es la consecuencia sonora de la emoción. La belleza no es un lacito rosa que envuelve una figura de porcelana. Dame realidad y te daré un poema, dame realidad y te daré un poema hermoso. Así se recibe a Södergran. Te abofetea y a ella no se le mueve un músculo. Y así, con todo el descaro, te planta la foto de la verdad, mientras el espectador no abarca, mientras nos sonreímos porque lo ha vuelto a hacer. Así Edith, así; sin domesticar. Y locos de agradecimiento, bailamos. Y los locos tenemos permiso para estar locos, porque Södergran nos lo concede.
Ella sabe que el poema está listo; cuándo está listo, como tan bien y también lo sabía Tranströmer. Su poesía significa exactamente lo que significa. ¿Lo has visto? ¿Has oído eso? Ha dicho exactamente lo que quería decir: la verdad ha ocurrido.
Södergran nos deja estar tranquilamente tristes. Qué difícil es gestionar el dolor ajeno, y qué poco diestros somos en acompañar y dejar estar. No quiero decir que ella lo haga bien, es que simplemente no le importa. Ella no complace. En un arrebato de romanticismo, me atrevo a decir que Södergran es como las lentejas, por aquello del hierro.
Por supuesto, desechad mi intento de recomendar su poesía. Se basta ella solita.
“Buscabas una flor
y encontraste un fruto.
Buscabas una fuente
y encontraste un mar.
Buscabas una mujer
y encontraste un alma-
estás decepcionado”.
Eso, estamos decepcionados.
Lola Barroso, Librería Pasajes (Madrid)

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