Enrique Vila-Matas, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015

El escritor barcelonés Enrique Vila-Matas ha sido galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México). Desde su editorial en España y Latinoamérica Seix Barral nos envían sus primeras impresiones: «Es un premio que tiene hasta sentido. Porque la misma feria de Guadalajara […]

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El escritor barcelonés Enrique Vila-Matas ha sido galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México). Desde su editorial en España y Latinoamérica Seix Barral nos envían sus primeras impresiones:

«Es un premio que tiene hasta sentido. Porque la misma feria de Guadalajara forma parte de mi biografía tanto como de mi imaginario narrativo. A la feria llegué por primera vez en 1992, sin dormir, en compañía de escritores de diversas nacionalidades; llegué en un tren que bautizamos como el “tequila express” y que cruzó México en una noche. Nos llevaron directamente al acto inaugural de la feria cuando ésta aún no movilizaba a los editores de mi país (recuerdo que cuando volví a mi tierra me miraban como extrañados cuando les decía que venía de la Feria de Guadalajara. Recuerdo el discurso inaugural que dio el director entonces de la Feria de Frankfurt que confesó que jamás había creído que pusieran verdaderamente en pie en Jalisco aquella manifestación cultural y comercial.

El premio es una agradable noticia que me llega de Jalisco, de la tierra de Juan Rulfo. Y la sitúo en el contexto de mis estrechas relaciones desde hace un cuarto de siglo con la literatura latinoamericana. El premio lo veo no tanto como un mérito mío, sino como un regalo muy generoso procedente del país que primero apreció mi literatura.

Me dicen que el premio reconoce la obra de escritores con “un aporte significativo a la literatura de nuestros días” y yo entiendo que encajo en esta premisa: escribo en la necesidad de encontrar escrituras que nos interroguen desde la estricta contemporaneidad, y no se limiten a reproducir modelos que ya estaban obsoletos hace cien años.

Desde un primer momento, creo que por puro instinto, me alejé de esos modelos obsoletos. Mis dos últimos libros (Kassel no invita a la lógica y Marienbad eléctrico) son novelas que entrarían en la categoría de semi-ficciones, a veces los veo como “paseos en prosa”.

Dedico el premio a Sergio Pitol, decisivo en mi vocación literaria: recuerdo que en Varsovia en los años setenta me dijo que escribiera y no hiciera nada más.

Seguiré trabajando. El premio me ha llegado justo cuando acabo de llegar de un largo viaje por China, donde he publicado cuatro libros este último año. Espero que el premio no me paralice, no caiga en aquello de lo que hablaba Jules Renard: “Ya se ha forjado una reputación: así que ya no hace nada”»

¡Enhorabuena, Enrique!